CULTIVO Y MANEJO DEL ALGARROBO

1 Plantaciones tradicionales

Las plantaciones tradicionales son poco rentables y se caracterizan por:

  • Cultivo en secano
  • Variedades ricas en pulpa, pero con bajo rendimiento en garrofín.
  • Densidad baja (15×15, 45 árboles por ha, también 20×20, 25 árboles por ha)
  • Árboles envejecidos
  • Asociación con otros cultivos
  • Insuficiente polinización
  • Vecería.
  • Baja producción.
  • Pocos cuidados.

De cara a la rentabilidad de cultivo, es necesaria la reestructuración de las plantaciones tradicionales hacia otras más intensivas. Tanto en secano como con riegos de apoyo, mecanizables y con bajos costes.

2 Resumen de recomendaciones generales para nuevas plantaciones

  • Tener en cuenta los requerimientos ecológicos mencionados anteriormente.
  • Polinizadores: 12% (1P : 8F). Se recomiendan variedades hermafroditas autofértiles.
  • Utilizar plantones de calidad, con cepellón.
  • Poda de formación con vistas a mecanización: En vaso libre, con tres ramas principales y altura de tronco de 0,8 m a 1 m.
  • Densidad de plantación de 100 a 200 árboles por ha.
  • Variedades con alto rendimiento en garrofín (al menos 15%), con baja fuerza de retención del fruto, tolerantes a enfermedades, productivas y con maduración uniforme.
  • Considerar la asociación con otros cultivos: Almendro, olivo, naranjo, cereales, forestales, etc. así como el pastoreo para el mantenimiento del suelo.

3 Diseño de plantación

Al hablar de diseño de plantación, debemos pensar en el tipo de arbolado que deseamos, y especialmente qué tipo de poda y recolección vamos a poner en marcha para la explotación, así como la superficie a plantar y su distribución en el terreno.

Históricamente, se decía que un algarrobo debía disponer de unos 45 m2 de suelo. Esto conducía a plantaciones tipo dehesa con árboles muy separados, más de 15 o 20 m, y que conducían a densidades de 25 a 45 o incluso menos árboles por hectárea.

En las nuevas plantaciones, en secano, para mecanizar o no la recolección, y especialmente en régimen de riego esporádico, ya sea riego de apoyo en verano antes de la maduración, o riego de restauración después de la recolección, si no llueve en estas épocas, o en plantaciones pensadas para riego localizado se realiza la colocación de árboles con marcos más estrechos y en lugar de plantaciones de 20 x 20, 20 x 15 ó 16 x 16 que es como se plantaba antes se realizan plantaciones en secano con marcos de 8 x 8 ó 10 x 10 que aún parecen muy amplios.

Buscando máximas producciones, se han establecido parcelas con marcos de 9 x 4,5 para aclarar quitando algunos árboles después de unos 15 o 20 años y pasar a marcos definitivos de 9 x 9. Se consigue así una aceptable producción por superficie al principio de la plantación cuando aún los algarrobos son poco vigorosos. Se ha llegado a plantar con marcos 6 x 4 para, tras aclarar, pasar también a marcos de 6 x 8. Con ello se consigue un forzado inicial de las plantaciones jóvenes y un marco bastante denso para una producción, que podemos considerar como intensiva para el algarrobo.

Es evidente que actualmente se tiende a realizar las nuevas plantaciones con materiales vegetales hermafroditas. Dado que la calidad y especialmente el rendimiento de estas variedades no siempre son las más adecuadas, se siguen plantando variedades de inflorescencias femeninas, al menos de momento, por tanto, en este tipo de plantaciones se debe planificar una buena estructura de polinizadores que normalmente son variedades hermafroditas. En principio es suficiente establecer un árbol hermafrodita cada 8 femeninos y colocado en el centro de estos 8 árboles, lo que suponen un total del 12% de polinizadores en la plantación. Se aconseja que se utilicen un par de variedades polinizadoras distintas para cada parcela para así cubrir bien los cuatro a seis meses de receptividad de los estigmas. De todas formas, la precocidad o retraso de la antesis aún no está ni suficiente ni adecuadamente estudiada.

Otra alternativa es el injerto de ramas de flores masculinas (se hacía antes en todos los algarrobos de flores femeninas) o de variedades hermafroditas (lo más frecuente actualmente). En este caso se injertan solo ramas en el 25 o el 50% de los árboles de las plantaciones. La posición de estas ramas masculinas o hermafroditas en el algarrobo es importante. Debe optarse por el injerto en el centro del árbol y que floree adecuadamente éste injerto sobre la copa del árbol. También puede ser colocada en un lateral del algarrobo, pero alternando la posición del injerto en 3 o incluso 4 orientaciones distintas en los distintos árboles en que se establece este injerto o judío.

4 Preparación del suelo

Es necesario, antes de proceder a la realización física de la plantación, conocer el suelo sobre el que se va a plantar. Pese a ser el algarrobo tolerante a caliza activa, alta y salinidad, es importante conocer las características fisicoquímicas mediante los adecuados análisis.

Pueden ser necesarias correcciones, que al ser caras normalmente no se realizan. Por ello en nuevas plantaciones deban realizarse abonados de cobertera forzados o especialmente pensados para evitar las patologías o carencias observadas en los árboles.

El aporte de materia orgánica bien humificada es adecuado, aunque eso sí; en cantidades moderadas.

El subsolado es importante para mullir el suelo, y facilitar el desarrollo del sistema de raíces.

La limpieza de restos de otros cultivos o de desmontes previos a las nuevas plantaciones es importante. Antiguamente ,se recomendaba en nuevas plantaciones utilizar determinados extractos de plantas o enterrar determinados órganos de la misma.

Como preparación básica se recomienda un subsolado profundo inicial en una dirección y otro cruzado con el primero y realizado uno o dos meses después. Estos subsolados deben comenzarse en otoño para plantar posteriormente al final del invierno.

5 Abonado de fondo

Al tratarse de una especie rústica, bien adaptada y con bajas exigencias, en muchas ocasiones no se daban pautas de abonado. Incluso se sugería la no necesidad del abonado ni de fondo ni prácticamente de mantenimiento y producción.

El abonado de fondo previo a la plantación se considera adecuado. Debe realizarse solo con materia orgánica bien fermentada, y preferentemente con una adición de fósforo que facilite el desarrollo inicial del sistema de raíces.

El aporte de nitrógeno en el abonado de fondo no se considera adecuado. Primero por no ser necesario y además por su inutilidad ya que es fácilmente lixiviado. Si se aporta inicialmente, en estos abonados de fondo se pierde antes de que pueda ser tomado por las raíces.

Normalmente, como ya hemos dicho el abonado de fondo. se reduce a una enmienda orgánica. Realmente cualquier tipo de materia orgánica es utilizable en este cultivo, aunque no siempre sea la más adecuada.

Si se decide aportar fósforo, la cantidad de éste deberá ser mayor en regadíos, casi el doble, que en secanos. Puede ser adecuado el aporte de entre 80 y 100 kg de P2Os por hectárea. El potasio no es tan necesario, pero puede aportarse en cantidades similares o algo menores 60-80 kg por hectárea de K2O.

Desde luego estos aportes no serán necesarios en suelos con umbrales de reserva de fósforo mayores de 4 ppm. Se necesitará más este aporte en suelos básicos.

El potasio solo se aportará si su nivel de reserva en el suelo está por debajo de 6/8 ppm.

El aporte de magnesio y las enmiendas calcáreas no suelen ser necesarias en las zonas habituales de plantación de algarrobos en el este español.

6 Plantación

La plantación del algarrobo se debe hacer en hoyos previamente abiertos de aproximadamente 80 x 60 cm, de 50 x 60 cm o incluso de 30 x 50 cm y según el tamaño de la planta con que vaya a establecerse la plantación.

Debemos recordar que el algarrobo puede dar problemas en el trasplante por lo que es recomendable usar plantas con cepellón y evitar que éste se deshaga al plantar.

Actualmente la plantación de algarrobos se hace con ahoyador o con punzón, mejor si es acompañado de inyección de agua.

La plantación de algarrobos debe realizarse al final del invierno para evitar los riesgos de heladas a las que son más sensibles los jóvenes algarrobos incluso aunque hayan sido bien aclimatados en el vivero. Al plantar en estas épocas es conveniente eliminar parte de las hojas y ciertos brotes para equilibrar la copa con el sistema de raíces.

Debemos indicar que el riego en los primeros años de plantación es esencial. De todas formas, todas las labores de preparación previa, que deben darse en tempero, facilitaran la retención de agua por el suelo y ayudaran así al adecuado desarrollo inicial de los algarrobos.

Se deben recomendar siempre suelos adecuados, y aunque en principio es indiferente sea cual sea su composición, si es necesario decir que los suelos para la plantación de algarrobos deberán ser siempre permeables y por tanto no encharcables.

El algarrobo como hemos dicho se planta, en general al final del invierno para evitar que las nuevas plantas sean afectadas por las heladas.

También es adecuado realizar las plantaciones en zonas soleadas y sobre todo bien aireadas.

La utilización de tutores bien colocados (en la dirección del viento más frecuente) y bien enterrados es esencial en este cultivo extremadamente sensible al viento. Estos tutores son una garantía de mantener los injertos adecuadamente y evitar su rotura. Actualmente existen aperos que además de abrir el hoyo para las plantas perforan y colocan los tutores.

7 Podas del algarrobo

El algarrobo no es exigente en poda, pero esta técnica no debe olvidarse en su cultivo, sobre todo en la formación adecuada de los nuevos árboles ni en el mantenimiento de los árboles viejos en los que debe limitarse especialmente la tendencia a acostarse de las ramas principales y la eliminación de madera afectada por podredumbres u otras plagas mediante el adecuado saneamiento.

De todas formas, no deben darse muchos cortes en la madera por dos motivos:

– Primero, porque el algarrobo es caulifloro, es decir, su producción se forma en madera de 2 o 3 años y esta madera una vez ha fructificado por primera vez en un punto determinado sigue fructificando en ese mismo punto durante muchos años. En realidad, no es difícil ver algarrobas en ramas e incluso troncos de muchos años;

– Segundo, porque la madera del algarrobo es muy sensible a las podredumbres y a los ataques de parásitos e insectos de la madera por lo que deben evitarse cortes numerosos y gruesos a no ser que estos se realicen para el saneamiento del árbol.

Al florecer y fructificar reiteradamente en madera de dos años ó más, es clave la poda de mantenimiento, manteniendo la madera vieja siempre adecuadamente dispuesta y asegurando que no se halle dañada o atacada por plagas.

De todas formas, debemos recordar que para que se forme madera productora de algarrobas es necesario mantener ésta ya en su formación con podas iniciales moderadas.

Por ello y a nivel general las podas del algarrobo deben ser escasas y limitarse a las exigencias concretas del árbol específico que se esté podando y por ello, aunque se den unas normas básicas la poda y la consecución del adecuado equilibrio vegetativo­productor, debe basarse en la situación concreta del arbolado y dependiente del clima, del suelo y de otras diversas características y situaciones concretas de cada uno de los árboles que se esté podando.

Como principios básicos a considerar debemos tener en cuenta los siguientes:

–       eliminar ramas tendentes a la vertical y con mucho vigor,

–       evitar cruces inadecuados de ramas y enmarañamiento del algarrobo,

–       eliminar ramas secas, en mal estado sanitario o con muy pocas hojas,

–       eliminar ramas secas.

–       aclarar adecuadamente, el árbol, según la variedad y el tipo de suelo que determinan su vigor, para conseguir así las necesarias iluminación y aireación de las copas.

–       favorecer el desarrollo de las ramas oblicuas y bien situadas eliminando aquellas otras que les pueden suponer una competencia.

Algo que debe ser siempre considerado en la poda del algarrobo es el ángulo de inserción de las ramas que no deben ser ni demasiado abierto ni demasiado agudo, aunque el ángulo concreto a buscar depende en gran parte del hábito de la variedad de algarrobo de que se trate.

8 Fertilización y riego

El riego moderado en algarrobo aumenta las producciones de forma sistemática en más de un 60% y elimina la vecería. El algarrobo necesita unos 350 mm de aporte hídrico total, lo que significa que en nuestras condiciones de cultivo el riego es conveniente. Sin embargo, produce bien con 300 mm o incluso con menos. La disponibilidad de agua es uno de los factores que más influye en la minimización de la vecería.

Humedades y encharcamientos cerca de los troncos del árbol no son adecuados ya que el algarrobo es especialmente sensible a Armillaria y a otras patologías fúngicas del suelo.

En un árbol como éste, bien adaptado a las condiciones ecológicas mediterráneas, y teniendo en cuenta los costes asociados al riego, a menudo se aplica sólo al principio de la plantación y para favorecer el establecimiento de los nuevos árboles. De todas formas, el riego deficitario en este árbol da muy buenos resultados y en todo caso puede emplearse como ya hemos dicho en plantación, en primeras fases de desarrollo y como riegos esporádicos de apoyo.

En algunas plantaciones modernas se ha instalado riego localizado y su efecto es muy adecuado y rápidamente visible en las producciones incluso con aportes muy bajos entre 100 y 200 mm/año es decir con aportes típicos de RDC (riego deficitario controlado), que es una buena técnica para este cultivo.

Una consideración sobre el posible riego del algarrobo es que pueden utilizarse aguas de relativa baja calidad y con conductividades altas de hasta 3-5 decisiemens por metro cúbico y RAS muy altos de 12 o incluso 16 según algunas experiencias y ensayos de riego realizado en algarrobos.

Probablemente es de los pocos cultivos en que los ensayos con aguas residuales han sido altamente positivos.

Si el riego en un cultivo como éste, típicamente adaptado a zonas muy secas, es importante para vencer la vecería, no lo es menos su adecuada fertilización que debe comenzar evidentemente en preplantación o en el momento concreto de la plantación.

De todas formas, hay algo que es esencial en la fertilización y es hacerla pensando en el árbol, pensando en la zona y apoyándose en todos los datos disponibles y debe basarse en análisis de suelos y foliares que sean representativos de la parcela.

9 Recolección

La recolección es sin duda la tarea más costosa en las plantaciones de algarrobo si se hace de forma manual.

En la planificación de la recolección debemos tener en cuenta además de la técnica considerada como más adecuada para evitar dañar las inflorescencias, que ya están en el árbol cuando recolectamos, el potencial de las variedades y su vecería, evidentemente ambas características dependen del volumen de la copa en el primer caso y del manejo de la plantación, la variedad, la insuficiente polinización y condiciones meteorológicas adversas en la segunda.

Tradicionalmente la recolección se realizaba con caña de rizoma y por enganche o golpeo de ramas con lo que la caída de la algarroba podía resultar complicada y se recogía en mantas para pasarse después a sacos de yute o ser cargadas en carros o remolques.

Actualmente se suelen usar vibradores individuales eléctricos o mecánicos y se recoge con mallas o lonas, aunque siguen usándose pértigas y cañas para su derribo en recolección manual.

La recolección con vibradores multidireccionales se está aplicando en plantaciones modernas, jóvenes y con árboles preparados para esta recolección, su aplicación a árboles viejos ha resultado problemática. Se recomienda en todo caso especial protección en las pinzas y vibración longitudinal para evitar daños, particularmente en regadío.

Se han ensayado turboventiladores de impulsión para la recolección que resultan muy eficientes si la algarroba está adecuadamente madura, con el pedúnculo negro y que es cuando la algarroba resulta de fácil desprendimiento del árbol.

De manera resumida, los medios de recolección mecanizados en función del tamaño de la plantación pueden ser:

  • Plantaciones pequeñas (0,5-2 ha) o asociadas hasta 10 ha: Derribo mediante sopladores o vibradores de tronco y ramas y recolección con rodillo de púas.
  • Plantaciones medianas (> 10 ha):
    • Vibrador con paraguas invertido o receptáculo. Con pinzas especialmente protegidas y vibración longitudinal para evitar daños, sobre todo en regadío.
    • Barredoras-hileradoras, aspiradoras – limpiadoras
  • Plantaciones grandes (>25 ha): Cosechadoras autopropulsadas y limpieza posterior.
  • Plantaciones muy grandes (>40 ha, Australia): Vibrador tipo side-by-side y limpieza posterior

Para facilitar el derribo del fruto es recomendable elegir variedades de algarrobo que se caractericen por una baja fuerza de retención del fruto (FRF). Cuando el fruto se recoja del suelo, éste se preparará previamente con rulos o sopladores.

REFERENCIAS

Caroubé (2022), “Propiedades terapéuticas y remedios caseros”, consulta web.

Navarro Cerrillo, Sánchez Lancha et al. (2014), “Ceratonia siliqua L., Producción y manejo de semillas y plantas forestales Tomo I, p. 324-348, España, Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN).

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Tous Martí, J. (2021), “El futuro del cultivo del algarrobo frente al cambio climático”, consulta web revista Horticultura, Interempresas.

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Tous Martí, J. (2022), “Variedades de algarrobo cultivadas en España”, consulta web Empresas Innovadoras de la Garrofa.